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Información para pacientes

Cáncer de vejiga

Esta información ha sido elaborada por el grupo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Pretende que los pacientes conozcan mejor sus enfermedades.

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1. ¿Qué es el cáncer de vejiga? 

Hablamos de cáncer de vejiga cuando las células que componen el tejido vesical sufren una serie de cambios a nivel de forma, tamaño y/o función. Estas células tienden a dividirse de manera descontrolada, afectando en primera instancia a la vejiga y a otros órganos en estadíos más avanzados. El cáncer que está en el revestimiento de la vejiga se llama cáncer de vejiga superficial. El cáncer que atraviesa la superficie de la vejiga y que invade la pared muscular de la vejiga o  se disemina a órganos cercanos y ganglios linfáticos se llama cáncer de vejiga infiltrante o invasivo. El tipo más frecuente es el carcinoma de células transicionales.           

2. ¿Qué podría haber hecho para prevenirlo?

El cáncer de vejiga es el más frecuente del sistema urinario. Un alto porcentaje de los casos suceden en sujetos fumadores (especialmente de cigarrillos). Es por ello crucial el cese del hábito tabáquico. Por otro lado, la exposición crónica a tintes, pinturas, metales o algunos derivados del petróleo podrían favorecer el desarrollo de la patología. Además, consumir algunas hierbas chinas (Aristolochia fangchi), beber agua con concentraciones altas de arsénico o haber tenido antecedentes infecciones de vejiga (especialmente las producidas por el gusano Schistosoma haematobium). 

En resumen, la acción que más efecto tiene en la prevención del cáncer de vejiga (además de otras muchas patologías malignas y no malignas) es el abandono del tabaco. Es conveniente conocer si está expuesto a alguna sustancia carcinogénica en su puesto laboral e informar a su médico de atención primaria ante la aparición de sangre en la orina (síntoma aislado más frecuente), alteraciones del ritmo urinario (aumento de la frecuencia, dolor con la micción) e incluso cansancio, pérdida de peso, dolor lumbar bajo u otros síntomas de reciente aparición. 

Es, por último, altamente recomendable llevar un estilo de vida saludable. Mantener una dieta mediterránea equilibrada con una ingesta calórica adecuada a su edad y actividad física; realizar ejercicio cardiovascular con una intensidad moderada durante 30 minutos diarios; así como evitar el estrés y la falta de sueño, son factores que no sólo podrían ayudar a la prevención de enfermedades malignas, sino también de otras como infartos de miocardio, diabetes o hipertensión arterial, amén de garantizar una mejora en su calidad de vida.

3. Me han diagnosticado la enfermedad, ¿Qué puedo hacer ahora para mejorar?                         

Por descontado, adoptar las medidas propuestas en el anterior apartado.

Es vital que siga las indicaciones de los especialistas encargados de la enfermedad (urólogos, oncólogos…) que valorarán de forma conjunta el mejor tratamiento a realizar. Estas opciones consisten en bien cirugía, quimioterapia y/o radioterapia fundamentalmente.

Es de gran importancia cumplir con los regímenes de quimioterapia o inmunoterapia (en caso de que estos sean propuestos por el Oncólogo), así como radioterapia ya que han demostrado eficacia para el tratamiento del cáncer de vejiga. El abandono de estas terapias conlleva un riesgo de progresión tumoral que podría ensombrecer el pronóstico. Asegúrese de que su médico le explica los efectos secundarios esperables de la medicación y pregunte todas las dudas que le surjan respecto a la enfermedad y el tratamiento.

En caso de que reciba quimioterapia es aconsejable realizar un chequeo dental y asegurarse de mantener una higiene bucal correcta. Lleve una dieta equilibrada (salvo contraidicación médica) e intente repartir las comidas en pequeñas cantidades (5-6 veces al día), evitando alimentos grasos y copiosos. Evite a su vez bebidas irritantes como alcohol y café.  Asegúrese de mantener una buena higiene del sueño y descanse si se nota falto de energía. Consulte a su médico para recomendaciones específicas según el tipo de tratamiento. 

4. ¿Cuál es mi pronóstico?                       

El pronóstico del cáncer de vejiga depende de si éste es superficial o, por el contrario invade la capa muscular vesical. Esta característica aumenta la probabilidad de que las células malignas se diseminen y afecten a otros órganos de manera local o a distancia (metástasis), confiriendo un peor pronóstico a la enfermedad. Otros factores que afectan al pronóstico son el tamaño, grado de madurez celular (peor cuanto más inmaduras), tipo histológico y la afectación de ganglios linfáticos, entre otros.

Los pacientes con carcinoma in situ (1) cuentan con un excelente pronóstico y pueden ser tratados mediante cirugía endoscópica (resección transuretral o RTU) con posterior instilación de inmunoterapia. Los carcinomas superficiales cuentan con un buen pronóstico también y son subsidiarios de tratamiento quirúrgico. 

El pronóstico es peor cuando el cáncer es infiltrante, especialmente cuando está diseminado a otros órganos. No obstante, gracias a los progresos de la medicina y la Oncología, existe una amplia variedad de tratamientos y recursos que han conseguido aumentar la supervivencia y la calidad de vida de manera significativa.

 

(1) También llamado Estadío 0 de la enfermedad, consiste en un grupo de células anormales que se encuentra limitado al primer lugar donde se formó en el cuerpo, sin sobrepasar la membrana basal del tejido.

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