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REVISTA DE PRENSA

1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura relacionada con la osteoporosis a lo largo de su vida

Médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han coincidido en resaltar que “hay un importante porcentaje de pacientes con osteoporosis que no reciben tratamiento” y han recordado que “es una patología crónica, sistémica, con alta prevalencia y ligada a la fragilidad y a la edad que conviene vigilar muy de cerca para evitar posibles complicaciones como las fracturas óseas (vertebrales, de cadera u de otro tipo)”.

En este sentido, han reiterado que se estima que hasta 1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura relacionada con la osteoporosis a lo largo de su vida. A este respecto, han indicado que “con la caída de estrógenos tras la menopausia se produce un incremento de la destrucción de hueso con un descenso de la densidad mineral ósea dando lugar a un incremento del riesgo de fracturas. Durante la menopausia aumenta el riesgo de osteoporosis en la mujer”.

Así se han manifestado durante la mesa “Terapia en osteoporosis” que ha tenido lugar en el transcurso del 43º Congreso Nacional de Medicina Interna de la SEMI-8º Congreso de la Sociedad Asturiana de Medicina Interna (SAMIN)-8º Congreso Ibérico de Medicina Interna en Gijón (Asturias), que se ha celebrado del 23 al 25 de noviembre. En dicha mensa, han participado el Dr. José Luis Pérez Castrillón (moderador), médico internista y miembro del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Rio Hortega de Valladolid, así como el Dr. Carlos Gómez Alonso, internista SEMI y miembro de la Unidad de Metabolismo Óseo del Servicio Medicina Interna del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), y el Dr. José Antonio Riancho del Moral, internista SEMI y miembro del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.

En palabras del Dr. Pérez Castrillón: “la edad es uno de los factores de riesgo más importantes en la osteoporosis. Por ello, las comorbilidades más prevalentes en población anciana son las más asociadas a osteoporosis. Destacaríamos la hipertensión arterial, la enfermedad cardiovascular, la diabetes tipo 2, la insuficiencia renal crónica y la patología tiroidea. También hay una serie de fármacos como los corticoides que ejercen un efecto deletéreo sobre el hueso mientras que otros pueden tener un efecto beneficioso como las estatinas y las tiazidas”.

“Las fracturas osteoporóticas se tratan con analgesia, tratamiento ortopédico y cirugía en aquellos casos necesarios como en la fractura de cadera. Su tratamiento sería similar a fracturas no osteoporóticas pero el dato más importante y frecuente- mente olvidado es realizar prevención secundaria tras una fractura. La fractura implica un mayor riesgo de fracturas posteriores por lo que es necesario instaurar un tratamiento activo frente a la osteoporosis. La osteoporosis no es una enfermedad inocua, tanto la fractura vertebral como la de cadera incrementan la mortalidad. El 30 % de los pacientes con fractura de cadera fallecen a lo largo del año siguiente tras la fractura”, ha recordado el Dr. Pérez Castrillón.

Prevalencia creciente de la osteoporosis por el envejecimiento poblacional
Debido al envejecimiento poblacional la prevalencia de osteoporosis se incrementará y los distintos estudios epidemiológicos así lo muestran. Otro hecho que reflejan estos datos es que, “a pesar de disponer de tratamientos efectivos, no se ha producido un claro descenso de la incidencia de fracturas”.

El problema de la osteoporosis es el “gap de tratamiento”. Hay un importante porcentaje de pacientes con osteoporosis que no reciben tratamiento. En aquellos que lo reciben el pronóstico es similar a otros países. La fragilidad y la edad avanzada son factores importantes de riesgo, de tal manera que la edad forma parte del FRAX, que es la escala de riesgo de predicción de fracturas más utilizada.

“El sexo femenino incrementa el riesgo de fractura de tal manera que 1 de cada 3 mujeres mayores de 50 años va a sufrir una fractura a lo largo de su vida mientras que en los varones la incidencia es menor. En fracturas de cadera la relación mujer/varón es de 3 a 1”, indica el Dr. Castrillón.

Tratamiento farmacológico en la osteoporosis
Existen dos tipos de fármacos en el tratamiento de la osteoporosis, antiresortivos y anabólicos. Mientras que se dispone de un amplio arsenal terapéutico en los antiresortivos no sucede lo mismo con anabólicos. Recientemente, se ha comercializado un nuevo fármaco anabólico, romosozumab, que es un anticuerpo monoclonal antiesclerostina, que ha demostrado su eficacia reduciendo fracturas. Los ensayos clínicos no han empleado placebo como comparador sino antiresortivos potentes (alendronato, denosumab) y el fármaco ha demostrado superioridad sobre los mismos. Se configura como “una alternativa interesante en paciente con alto riesgo de fractura”, apunta el Dr. Castrillón.
El seguimiento de los casos no complicados debería ser llevado a cabo por Atención Primaria mientras que los casos más complejos y menos frecuentes deben ser seguidos en Medicina Interna.

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