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REVISTA DE PRENSA

Médicos internistas analizan el “infratratamiento” del dolor y reiteran la necesidad de mejorar su control y de su “abordaje de forma multidisciplinar”

Médicos internistas reiteran la necesidad de combatir el “infratratamiento” del dolor  y de realizar un abordaje correcto del mismo junto con el resto de especialistas y niveles asistenciales, según se puso de manifiesto en el taller “El dolor en Medicina Interna: Aspectos prácticos de su manejo” celebrado en el marco del 43º Congreso Nacional de Medicina Interna de la SEMI-8º Congreso de la Sociedad Asturiana de Medicina Interna (SAMIN)-8º Congreso Ibérico de Medicina Interna en Gijón, Asturias (23 al 25 de noviembre).

En dicha actividad, moderada por la Dra. María Jimeno Aritzia, de la Clínica Cuides UIC, Clínica Universitaria de apoyo en enfermedades avanzadas y Cuidados Paliativos. Hospital General de Catalunya de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), y cuya ponente fue la Dra. Cristina Vicente Martín, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid), se analizó cuáles son los principales retos en el abordaje adecuado del dolor, tanto crónico como agudo, especialmente durante el transcurso del ingreso hospitalario.

Según recuerda la Dra. Jimeno, “el dolor es un síntoma muy prevalente en los pacientes valorados por Medicina Interna. Hasta un 73% en pacientes hospitalizados (Enferm Clin. 2020: 30 (4): 275-281.). Se encuentra infratratado en muchos de estos pacientes, pese a que se está implementando la valoración y monitorización continua por parte de enfermería. A través de una buena anamnesis sobre el dolor podemos iniciar un tratamiento independientemente del diagnóstico y mejorar su control durante nuestro seguimiento”.

En general, en palabras de la Dra. Vicente Martín, “tendemos a prestar más atención al dolor agudo, menospreciando con frecuencia el dolor crónico. Damos por hecho que otros especialistas ya lo han abordado en el pasado. Incluso el propio paciente lo integra y normaliza, minimizando el impacto que supone en su calidad de vida”, recuerda.

Según la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), los analgésicos más prescritos en el 2021 fueron la asociación de paracetamol y tramadol (53.15%). El uso de opioides es menor en comparación al primer y segundo escalón. El opioide más utilizado a día de hoy es el parche transdérmico (TD) de fentanilo. Las especialidades que más prescribieron opioides fueron Atención Primaria (73%), seguido de Medicina Interna (10%), Traumatología (7%) y Reumatología (3%) (MPJ. 2021;1:5-12).

Asimismo, según exponen ambas expertas, “desde los años 40 encontramos publicaciones que describen una relación entre el dolor crónico y las alteraciones anímicas (en especial la depresión). Las vías nerviosas que conducen las sensaciones termoanalgésicas y nociceptivas vuelcan su información a las mismas áreas que rigen nuestras emociones y nuestras conductas”.

También, según se ha puesto de manifiesto en el taller que “el dolor neuropático es quizás el más complejo de abordar. Resulta de la lesión o enfermedad que afecta el sistema somatosensorial. Supone el 20% de los dolores crónicos. Se engloba bajo esta definición la neuralgia postherpética, las radiculopatías, la neuropatía diabética, la neuralgia del trigémino, el síndrome del miembro fantasma, entre otras. Requiere de un tratamiento multimodal con combinación de varios fármacos”.

Aunque no se han registrado novedades importantes en los últimos años en el campo terapéutico del dolor, según se ha expuesto, hace relativamente poco tiempo que “ha llegado al mercado el tapentadol, los parches de capsaicina a alta concentración (8%) y se está estudiando el uso compasivo de derivados del cannabis en el control del dolor”.

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