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Información para pacientes

Desnutrición y caquexia

Esta información ha sido elaborada por el grupo de Educación para la Salud de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Pretende que los pacientes conozcan mejor sus enfermedades.

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La desnutrición es “el estado patológico que resulta del consumo inadecuado de uno o más nutrientes esenciales y que se manifiesta o descubre clínicamente o por pruebas bioquímicas, de laboratorio o antropométricas”.

Cuando no tomamos una dieta equilibrada (consumiendo la cantidad de energía necesaria para cubrir nuestras necesidades) y mixta (incluyendo todos los grupos de alimentos), podemos llegar a tener una desnutrición. 

La desnutrición según sus causas, puede ser:

Primaria: cuando no tenemos acceso a los alimentos (falta de recursos, o falta de ayuda para poder comprar los alimentos y preparar la comida …) 

Secundaria: cuando por alguna enfermedad, aunque podamos comer no  aprovechamos los nutrientes (falta de apetito, mala dentadura, mala digestión, tratamientos de cáncer …) 

o Mixta: cuando no tenemos acceso a los alimentos y además no los podemos aprovechar adecuadamente. 

Por otro lado, según su grado la desnutrición puede ser: 

1. Marasmo ( crónica)  

Hubo un consumo inadecuado de energía y nutrientes durante mucho tiempo. Se produce cuando por las distintas causas comentadas, no comemos cantidad suficiente de alimentos. Puede ocurrir de forma voluntaria, cuando influidos por los ideales de belleza del momento, sólo se quiere adelgazar y llegamos a una pérdida de peso importante (sería el caso de los que padecen  Anoréxia Nerviosa). En otras ocasiones, el descenso de ingesta se relaciona con  enfermedades degenerativas como la Enfermedad de Alzheimer o el Parkinson, donde de forma progresiva desciende la ingesta diaria. Pérdida de apetito, dificultad para masticar y tragar (disfagia), que implica un descenso en la cantidad de alimentos consumidos. Si además tenemos en cuenta las características de cada persona, vemos que hay a quien no le gusta el puré y la carne no la  puede masticar, el pescado tiene espinas por lo que no lo toman y la leche “tiene  mala fama” y además con menos apetito (se toman cantidades más pequeñas de comida) mantiene solo desayuno, comida y cena, porque es lo que siempre ha hecho, hay muchas posibilidades de desarrollar una desnutrición. 

En todas estas formas poco a poco se va perdiendo peso (disminución de la ingesta energética) y además empiezan a estar en proporción baja  algunos nutrientes como las proteínas (huevos, carne, pescado, leche). Si no se puede ir a la compra de forma regular, también escasearán en nuestra alimentación frutas y verduras (deficiencia de algunas vitaminas y minerales y de fibra). La apariencia es de una persona muy delgada, de mal color...impresiona por “malnutrido”.

2.- Kwasiorkor (aguda)

Se trata de un déficit de ingesta de proteína. Puede ocurrir por un aumento de las necesidades (una enfermedad aumenta los requerimientos de todos los nutrientes y de proteína en particular) con lo que sí se mantiene la alimentación habitual; o menos porque perdemos el apetito. En estas circunstancias puede aparecer la desnutrición, que será más grave que el marasmo, porque aparece de forma rápida y provoca un mayor desajuste en nuestro metabolismo. El aspecto de la persona manifiesta pocos cambios (aparecen edemas y da la impresión de bien nutrido).

3.- Mixta

A veces aparecen juntas el marasmo y el Kwasiorkor, porque a una situación de baja ingesta se le une una enfermedad aguda, como una gripe o una fractura de cadera o un tratamiento antitumoral y esta combinación es la más peligrosa para nuestra salud. 

La Caquexia se define como “un estado de enfermedad que se caracteriza por adelgazamiento considerable, desequilibrio metabólico con predominio de fenómenos catabólicos e insuficiencia progresiva de las funciones vitales” y cuando aparece la recuperación es muy difícil. 

Para prevenir la desnutrición es importante vigilar nuestro peso, que debe de mantenerse dentro de la normalidad. Una forma sencilla de comprobar si estamos en nuestro peso es el índice de masa corporal (IMC =peso en  kg /altura en  metros al cuadrado). La normalidad, se encuentra entre 18,5 y 25 Kg / m2 para adultos hasta 65 años y para los mayores de esta edad lo normal será entre 22,5 y 27,5 kg / m2.

Es muy importante también la evolución en el tiempo de nuestro peso. Si se pierde peso de forma involuntaria (no tengo apetito, como cada vez menos) en relación a nuestro peso habitual, sea cual sea IMC y cuanto más rápida en el tiempo sea la pérdida (ejemplo: - 2 Kg / 1 mes), nuestro riesgo de desnutrición será mayor. 

Además de mantener un peso adecuado y no perderlo de forma rápida sin querer o queriendo, debemos de alimentarnos de forma correcta, como se refleja en la pirámide de alimentación de la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria), revisada en 2015, que se muestra más abajo. Los alimentos cuanto más están en la base de la pirámide deben tomarse con más frecuencia.

Hay que tomar alimentos de todos los grupos (verduras, frutas, carnes o pescados o huevos … patata o pasta o arroz o legumbres, leche o derivados, aceite de oliva virgen extra como grasa preferentemente), hacer ejercicio de forma regular, beber agua en cantidad suficiente y mantener un buen equilibrio emocional.

Como la vida se encarga de que esto no sea fácil, hay que vigilar e intentar hacerlo lo mejor posible. 

Si se consigue una alimentación correcta, se puede salir del estado de desnutrición, pero es preciso esfuerzo, conocimiento, ayuda y, sobre todo, voluntad por nuestra parte. Sin nuestro propio esfuerzo no es posible conseguirlo, ya que nadie puede comer por nosotros.

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